Las personas residentes o domiciliadas en Chile se encuentran sujetas a impuesto sobre sus rentas de cualquier origen, ya sea que la fuente de ingresos esté situada dentro del país o fuera de él. Por su parte, las personas sin domicilio ni residencia en Chile están sujetas a impuestos sobre sus rentas cuya fuente esté dentro del país.
Este impuesto se constituye por 3 principios básicos:
- Los sujetos de la tributación deben ser, las personas. Mientras, los impuestos que pagan las empresas son sólo a cuenta de los impuestos finales que corresponde pagar a sus dueños.
- La base imponible debe estar compuesta por el conjunto de rentas percibidas o devengadas por la empresa durante el período tributario.
- Los dueños o socios de empresas, sean residentes o no, sólo pagan impuestos una vez que retiran sus utilidades.
Este impuesto es retenido mensualmente del sueldo imponible del trabajador por el empleador, quien además será el encargado de enterarlo en arcas fiscales durante los doce primeros días del mes siguiente.
De esta forma quienes perciban su sueldo solamente, no necesitarán presentar declaración alguna, pues con el impuesto de segunda categoría habrán cumplido su obligación tributaria.
En cuanto a su forma de cálculo, el ingreso sobre el cual se calcula el impuesto es la remuneración bruta mensual del trabajador, menos las cotizaciones previsionales y las obligatorias de salud. Asimismo no se considera cualquier otro ingreso no constitutivo de renta.
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